Un agujero negro supermasivo acecha en las profundidades del corazón de nuestra galaxia. Los astrónomos deducen que su existencia se produce por el movimiento de la estrella S2, que orbita a este gigante a gran velocidad. Sin embargo, la órbita de la estrella no permanece estacionaria en el espacio, sino que avanza, creando la forma de una roseta. Este efecto fue predicho por Albert Einstein en su teoría general de la relatividad y explica, por ejemplo, la rotación de la órbita de Mercurio, que se conoce desde hace mucho tiempo. Ahora, los investigadores dirigidos por el Instituto Max Planck de Física Extraterrestre han observado, por primera vez, esta precesión de Schwarzschild cerca del centro galáctico. Para ello utilizaron el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral en Chile.
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