El observatorio europeo NOEMA alcanza su capacidad máxima con doce antenas

El radiotelescopio NOEMA, ubicado en la meseta de Bure en los Alpes franceses, ahora está equipado con doce antenas, lo que lo convierte en el radiotelescopio más potente de su tipo en el hemisferio norte. Es operado por el instituto internacional IRAM, en el que participa la Sociedad Max Planck. 

30 de septiembre de 2022

Ocho años después de la inauguración de la primera antena NOEMA en 2014, el proyecto europeo a gran escala ya está completo. Gracias a sus doce antenas de 15 metros, que se pueden mover hacia adelante y hacia atrás en un sistema ferroviario especialmente desarrollado hasta una distancia de 1,7 kilómetros de largo, NOEMA es un instrumento único para la investigación astronómica.


Observaciones de una calidad sin precedentes: el observatorio NOEMA utiliza sus antenas para recorrer el universo en el rango de radio.

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Observaciones de una calidad sin precedentes: el observatorio NOEMA utiliza sus antenas para recorrer el universo en el rango de radio.

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El telescopio está equipado con sistemas receptores altamente sensibles que operan cerca del límite cuántico. Durante las observaciones, las doce antenas actúan como un solo telescopio, una técnica llamada interferometría. Después de que todas las antenas han sido apuntadas hacia una misma región del espacio, las señales que reciben se combinan con la ayuda de una supercomputadora. Su resolución detallada corresponde entonces a la de un enorme telescopio cuyo diámetro es igual a la distancia entre las antenas más externas.

La disposición respectiva de las antenas puede extenderse a distancias desde unos pocos cientos de metros hasta 1,7 kilómetros. Por lo tanto, la red funciona como una cámara con una lente variable. Cuanto más separadas están las antenas, más potente es el zoom: la resolución espacial máxima de NOEMA es tan alta que sería capaz de detectar un teléfono móvil a una distancia de más de 500 kilómetros.

NOEMA es uno de los pocos observatorios de radio en todo el mundo que puede detectar y medir simultáneamente un gran número de firmas, es decir, "huellas dactilares" de moléculas y átomos. Gracias a estas llamadas observaciones multilínea, combinadas con una alta sensibilidad, NOEMA es un instrumento único para investigar la complejidad de la materia fría en el espacio interestelar, así como los bloques de construcción de la universidad. Con NOEMA, más de 5.000 investigadores de todo el mundo estudian la composición y dinámica de las galaxias, así como el nacimiento y la muerte de estrellas, cometas en nuestro sistema solar o el entorno de los agujeros negros. El observatorio captura la luz de los objetos cósmicos que han viajado a la Tierra durante más de 13 mil millones de años.

NOEMA ya ha entregado una serie de importantes descubrimientos y hallazgos científicos. Por ejemplo, el telescopio ha observado la galaxia más distante conocida hasta la fecha, que se formó poco después del Big Bang. Además, NOEMA midió recientemente la temperatura de la radiación cósmica de fondo en una etapa muy temprana del universo, una primicia científica que debería permitir rastrear los efectos de la energía oscura que separa el universo.

 
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