Un estudio de topos revela que es el clima frío, y no la falta de alimentos, lo que impulsa el raro fenómeno de la contracción cerebral reversible en los mamíferos.

16 de septiembre de 2022

En las profundidades del invierno, los topos europeos enfrentan un problema existencial. Sus metabolismos, cerca del límite superior de cualquier mamífero, requieren más alimentos de los que están disponibles durante los meses más fríos. En lugar de resolver este dilema estacional a través de la migración o la hibernación, los topos han profundizado en una táctica inusual de ahorro de energía: reducir sus cerebros. En un nuevo estudio, un equipo dirigido por Dina Dechmann del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal informó que los topos europeos reducen sus cerebros en un once por ciento para el invierno y los vuelven a crecer en un cuatro por ciento para el verano. Representan un nuevo grupo de mamíferos conocidos por reducir reversiblemente su cerebro a través de un proceso conocido como fenómeno de Dehnel. Pero el estudio hace más que agregar otra especie al extraño canon de los mamíferos que encogen el cerebro: llega al misterio evolutivo de lo que los impulsa por este camino traicionero. Comparando topos de diferentes climas, los investigadores encuentran que el fenómeno de Dehnel es impulsado por las condiciones frías en lugar de la escasez de alimentos solamente. La reducción del tejido cerebral permite a los animales reducir el consumo de energía y así sobrevivir al frío.


Los cráneos de los topos europeos se encogen antes del invierno y vuelven a crecer en primavera en un proceso conocido como fenómeno de Dehnel.

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Los cráneos de los topos europeos se encogen antes del invierno y vuelven a crecer en primavera en un proceso conocido como fenómeno de Dehnel.

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Debido a que las especies viven en climas muy diferentes, los investigadores pudieron identificar que el clima, no la disponibilidad de alimentos, era responsable del cambio cerebral. "Si fuera solo una cuestión de comida, entonces deberíamos ver que los lunares europeos se reducen en invierno, cuando la comida escasea y los lunares españoles se reducen en verano, cuando el calor intenso hace que los alimentos escaseen", dice Dechmann.

Los hallazgos del estudio van más allá de responder preguntas sobre la evolución, ofreciendo información sobre cómo nuestros cuerpos pueden regenerarse después de sufrir daños significativos. "Que tres grupos de mamíferos distantemente relacionados puedan encogerse y luego volver a crecer el tejido óseo y cerebral tiene enormes implicaciones para la investigación de enfermedades como el Alzheimer y la osteoporosis", dice Dechmann. "Cuantos más mamíferos descubramos con Dehnel, más relevantes serán los conocimientos biológicos para otros mamíferos, y tal vez incluso para nosotros".

 
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