Un nuevo robot blando puede dividirse en trozos para sortear obstáculos y luego volver a ensamblarse.

07 de septiembre de 2022

Un equipo de investigadores de la Universidad de Soochow, trabajando con dos colegas del Instituto Max Planck de Sistemas Inteligentes y otro del Instituto de Tecnología de Harbin, ha desarrollado un tipo de robot blando que se puede dividir en componentes más pequeños para pasar a través de espacios pequeños y luego volver a ensamblarse. 

Descripción general de las estrategias de maniobra transescala y reconfiguración de escala de los robots ferrofluídicos en miniatura reconfigurables a escala (SMFR) Aumentar imagen
Descripción general de las estrategias de maniobra transescala y reconfiguración de escala de los robots ferrofluídicos en miniatura reconfigurables a escala (SMFR) [menos]

A medida que la ciencia de la robótica continúa madurando, los ingenieros de todo el mundo continúan encontrando nuevas formas de fabricarlas. En este nuevo esfuerzo, los investigadores hicieron el suyo a partir de un ferrofluido (nanopartículas magnéticas de óxido de hierro) que suspendieron en un aceite transparente. El  se controla mediante imanes externos.

El uso de un robot hecho de un material que solo se mantiene muy suelto, señalan los investigadores, permite la alteración de su forma a pedido. Mediante la aplicación de múltiples campos magnéticos, demostraron que era posible dirigir su robot a través de un laberinto, a veces cambiando su forma para superar los obstáculos. Lo obligaron a alargarse, por ejemplo, para colarse a través de un estrecho pasadizo. También lo rompieron en un número deseado de partes más pequeñas para pasar a través de un material poroso. En ambos casos, el robot se volvió a montar fácilmente en una sola forma de robot redonda y continuó con su viaje. Señalan que un robot de este tipo podría fabricarse en una amplia variedad de tamaños.

El robot podría ser utilizado en  como un medio para llevar medicamentos a partes del cuerpo de difícil acceso, como los ganglios pulmonares o partes del cerebro. Los investigadores reconocen que para aplicaciones prácticas, el diseño tendría que superar muchos obstáculos, el más obvio, el desarrollo de un sistema de control magnético que pueda penetrar con precisión en el hueso como el cráneo. Mientras tanto, otros han señalado que un sistema robótico de este tipo podría resultar útil en dispositivos de laboratorio en un chip donde se llevan a cabo  para tareas como la detección de virus. Los pequeños robots nuevos tal vez podrían usarse para transportar los productos químicos necesarios para las reacciones.

 
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