Descubrimiento Instituto Max Planck de Astronomía

Investigador Colombiano en el Instituto Max Planck de Astronomía explica como los campos magnéticos impulsan la formación de estrellas

12. Septiembre 2019

El papel de los campos magnéticos en la formación de estrellas ha sido un tema candente entre los astrofísicos durante décadas. Ahora Juan Diego Soler, investigador Colombiano del Instituto Max Planck de Astronomía (MPIA), ha demostrado que los campos magnéticos pueden favorecer y avanzar la compresión de la materia interestelar, un requisito previo para la formación de estrellas. Esta conclusión se basa en el hallazgo de que en las regiones de formación estelar, la materia interestelar - dependiendo de su densidad - a veces está orientada de forma paralela a las líneas del campo magnético.

Luz infrarroja y líneas de campo magnético hacia la nube Orion A, revelada por los observatorios espaciales Herschel y Planck. Aumentar imagen
Luz infrarroja y líneas de campo magnético hacia la nube Orion A, revelada por los observatorios espaciales Herschel y Planck. [menos]

Las estrellas se forman a partir de nubes comprimidas del medio interestelar (MI). El MI consiste en gas (principalmente hidrógeno) y pequeñas partículas de carbono y silicatos, que los astrofísicos denominan polvo. Si el MI alcanza una densidad lo suficientemente alta, la autogravedad conduce a un colapso de la materia inicialmente fría a estrellas calientes. Sin embargo, todavía no se entiende completamente cómo se forman y condensan tales nubes. Los campos magnéticos son un componente importante de MI en la Vía Láctea y otras galaxias. Contribuyen significativamente a la presión total, que equilibra el MI contra la gravedad. Aún así, su papel exacto en el proceso de formación de estrellas es el tema de discusión.

Para abordar este rompecabezas, Juan Diego Soler, del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg, investigó la orientación de los campos magnéticos con respecto a la distribución de densidad hacia las regiones más cercanas de formación estelar a distancias de hasta 450 parsecs ( 1450 años luz) del sol. "La idea es que si el campo magnético tiene una fuerte influencia en el MI, debería dar forma a sus estructuras de densidad", explicó Soler.

“El gas y el polvo están acoplados al campo magnético mediante fuerzas electromagnéticas. Éstas imponen una dirección, como el campo magnético de la Tierra a la aguja de una brújula, y restringen el movimiento de la materia en otras direcciones. Por eso vemos que las regiones difusas están elongadas a lo largo del campo magnético, mientras las regiones más densas, donde se forman las estrellas, son perpendiculares a él”.

“En la Tierra, el campo magnético parece no hacer ninguna diferencia para el movimiento de los objetos y apenas nos acordamos de él para orientarnos con una brújula. Pero, más allá del dominio de la gravedad de la Tierra, el campo magnético nos protege del viento solar y hace posible la vida en el planeta. Ahora sabemos que también tiene un efecto en la acumulación de la materia prima para la formación de nuevas estrellas y sistemas solares”, explica Soler, y concluye: “Si algún día queremos resolver seriamente la pregunta de por qué estamos aquí, el campo magnético no es algo que podremos ignorar”.

 
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